jueves, 8 de octubre de 2009

Una novedad que se pone vieja

Recordemos que el 5 de febrero del ´75, la Presidente de la Nación decretó, en acuerdo general de ministros, adoptar medidas para erradicar la subversión que actuaba en la provincia de Tucumán.
La norma legal utilizada para formalizar aquel acto de gobierno, fue un decreto secreto que ordenaba la ejecución de operaciones militares “que fueran necesarias a efectos de neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos...” el decreto establecía la participación del Comando General del Ejercito, del Ministerio del Interior, de la Policía Federa, del Ministerio de Defensa, de la Policía Provincial de Tucumán, de los Comandos Generales de la Armada y la Fuerza Aérea, del Ministerio de Bienestar Social, y de la Secretaría de Prensa y Difusión de la Presidencia de la Nación, el día 9 de febrero se iniciaba en aquella provincia el “Operativo Independencia”; las autoridades nacionales determinaron, así, enfrentar al Ejercito Revolucionario del Pueblo.
Se decía que el objetivo del E.R.P. era, desde hacía ya varios años, utilizar la zona rural y montuosa de Tucumán, para desarrollar ahí una gerrilla que posibilitara declarar a la provincia “Zona liberada”.
Este decreto llevaba las firmas de Estela Martínez de Perón, Rocamora, Savino, López Rega, Ivanissevich, Gómez Morales, Vignes y Otero.

La Unión Cívica Radical señalaba que la ley sobre Defensa Nacional que se estaba considerando, no era ni más ni menos que la anterior "norma vigente durante el gobierno de la Revolución Argentina, a la que se incorporan tres decretos dictados en el interinato del Dr. Italo Argentino Luder..."Asimismo la U.C.R., destacaba la "preocupación del Poder Ejecutivo al someter a la decisión de este Parlamento, que es en definitiva la más auténtica representación del pueblo argentino, la aprobación de tres decretos, que algunos hombres de las Fuerzas Armadas llaman "decretos Luder" -porque fueron dictados durante su interinato- para que sean legitimados con la sanción del Congreso..." -y continuaba el diputado Eduardo Massolo diciendo- "...celebramos que el Poder Ejecutivo, respetando la decisión del pueblo argentino, no se haya querido manejar con los decretos dictados durante el interinato del Dr. Luder y requiera un pronunciamiento expreso del Parlamento respecto de su validez. Esto afianza el proceso institucional en que estamos todos comprometidos". Desde el radicalismo se hacía referencia a la "violencia protegida"; se hacía alusión a "la acción fascista de la derecha, particularmente “Las tres A...” Massolo hablaba de los "círculos minoritarios que quieren a toda costa el golpe de Estado porque es el único medio para poder seguir usufructuando, al margen del pueblo, de los poderes que el pueblo jamás les concedería a través de las urnas".Durante el debate parlamentario se recordó que el año anterior un Comandante General del Ejército, "dignísimo Comandante", a quien el General Perón había honrado con su confianza, advertía sobre la problemática socioeconómica que afectaba "las bases fundamentales de la sociedad tucumana".El Teniente General Anaya consideraba que el Ejército no podía mantenerse allí, en una acción "exclusivamente represiva"; reclamaba medidas de fondo a nivel social para dar solución a los problemas más acuciantes de los tucumanos. Ese Comandante General del Ejército Argentino, luego de entrevistarse con la señora Presidente, y de viajar a Tucumán con ella, regresó y horas después había dejado de ser el Comandante General. Massolo también se recordó el discurso pronunciado el 11 de agosto, Día de la Aeronáutica; dijo que en aquella oportunidad, el Brigadier General Fautario sostuvo que el proyecto nacional que ambicionaba la Fuerza Aérea y la mayoría del pueblo era: "una Nación donde los derechos y necesidades materiales fundamentales del hombre estén asegurados, para que éste pueda optar libremente por el destino trascendente que tiene como persona..." Según el diputado el Brigadier hablaba de "una Nación políticamente independiente"; hablaba de "la participación plena de la comunidad en las decisiones de la vida del país"; hablaba de "una Nación ligada solidariamente a la América Latina y promotora de su unión integral a efectos de potencializar la capacidad de defensa común contra los intentos imperialistas de dominación"; hablaba de "una Nación activamente respetuosa del principio de autodeterminación de los pueblos y, por ello, relacionada política y comercialmente con todos los países de la tierra cualquiera sean sus posturas ideológicas”; “una Nación donde el Estado no sea prescindente ni totalitario..."Aquel diputado nacional del bloque de la Unión Cívica Radical, luego de recordar lo antes expuesto y antes de finalizar, elevó una plegaria al Señor: "que Dios ilumine al Ejército Argentino y lo aleje definitivamente de un golpe de Estado que interrumpa el proceso, para dejar en manos del pueblo la decisión final de su destino".

El 20 de noviembre el diputado Cárdenas comentaba en el recinto, que Bernardo Neustadt había "podido escribir con autoridad lo siguiente": - "La guerrilla es una novedad que se pone vieja, pero está ahí, mortífera, fatal, enterrándonos de a uno, porque la sociedad no ha tomado consciencia de que estamos en una miniatura de guerra civil. Porque vamos de velatorio en velatorio y de sepelio en sepelio como un hábito. Nos amontonamos frente a la muerte. Cada día nos estremecemos menos, aunque gritemos más. Muchos porque la indiferencia forma parte del patrimonio nacional. Este año así como la inflación alcanzará el 300 por ciento, nuestros muertos en la famosa "revolución en paz" alcanzarán casi a los mil ochocientos. Un punto de inflación por día, seis muertos por jornada". -y sigue el periodista-: "¿Qué hacemos? El Ejército lucha en Tucumán. Los organismos de seguridad, policía y gendarmería, matan y mueren, todos desde la soledad. La sensación militar de soledad debe ser tremenda. Se muerden los labios. ¿Estamos en guerra o no?, se preguntan los que están en las trincheras. ¿Estamos en guerra todos o sólo nosotros?"Y aquel diputado nacional manifestaba: "Las campanas siguen doblando sobre la sangre de los combatientes muertos, y en las grandes ciudades los estadios siguen llenándose para ovacionar las exquisiteces de los cracks futbolísticos de moda; las campanas siguen tocando a duelo, y los hipódromos también se llenan, en esta ciudad y en otras, para empujar con los gritos de la multitud las patas del favorito. Pareciera que hay dos países, pero hay uno solo y está gravemente amenazado...”.

El 30 de septiembre del ´75 se había presentado en la Cámara un proyecto de declaración que expresaba un absolutorechazo frente a la posibilidad de que se incorpore a la Carta de Organización de los Estados Americanos –O.E.A.- como uno de sus objetivos fundamentales, el de controlar el desarrollo del poderío atómico de los países de América Latina.
El proyecto de Fernández Valoni –diputado del Frejuli- se basava en que Estados Unidos, siendo miembro, ya poseía un vasto arsenal de armas atómicas; por lo que se advertía la inconveniencia de acordar temas relacionados conla defensa y seguridad de los pueblos latinoamericanos en un foro en el cua alguno de sus integrantes –por su mayor poderío- intentaba ejercer un “tutelaje asfixiante” que operaba, en última instancia, contra el proyecto de unidad y liberación de América Latina.
Washington proponía como uno de los objetivos fundamentales de la O.E.A. coadyuvar a la proscripción de las armas nucleares en América Latina.
Fernández Valoni aclaraba que, “en el concepto nacional y popular de integración, lo continental es lo latinoamericano; y fue en ese marco en el que la política exterior del General Perón impulsó los pasos concretos hacia la unidad de los pueblos latinoamericanos a través –fundamentalmente- de las reuniones de sus cancilleres en una sola voz frente a los conductores de la política de la dependencia…
Este proyecto fue girado a la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto; pocos meses después asumía la conducción del país una junta militar. Hoy tenemos las bases del imperio en la región.

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